A la mujer FARO, con amor eterno desde el corazón de una curita

GALA MONTES UNA MUJER A LA QUE DEBES SIMPLEMENTE AMAR

Ohana significa familia, y tu familia nunca te abandona.

Con esta icónica frase de una entrañable película sobre un adorable extraterrestre azul de la cadena norteamericana, comienzo este mensaje, porque como #curita, solo pretendo fortalecer a mi comunidad.

Es tan reconfortante saber que, en los momentos más oscuros, en este lugar, con esta familia, he encontrado el mejor espacio para sanar. Tal vez no debería decirlo, pero es tan mágico lo que se gesta aquí, que hoy, en el aquí y el ahora, solo nace de mí una pura intención de amar y construir para mí y para mis curitas adorades.

Ahora imaginen ese mismo proceso, pero vivido en nuestra reina amada: Galicious.

Es triste presenciar juicios, restricciones y condicionamientos por esto o aquello… Es deleznable que, justo en el lugar donde deberías sentirte más segurx, recibas palabras que te hagan dudar de si estás en el sitio correcto, con las personas correctas.

No, curitas. El amor no se condiciona. Y siempre debe estar presente, sin importar las decisiones que ella decida tomar.

Yo amo profundamente a Gala, porque en mis días más oscuros, me enseñó a ver dentro de mí una luz que resplandece, casi como el fuego creador del universo: ese que levanta el ánimo y te impulsa a superar cualquier adversidad.

Siempre he dicho que es una mujer FARO, de esas que guían a los barcos en naufragio hacia un puerto seguro. Y seguiré convencida de ello, porque la vida le ha mostrado que el camino para avanzar es solo aquel que se transita con luz: de manera determinada, decidida, dispuesta, con disciplina, pero, sobre todo, con pasión.

Puedo admitir que, como todxs, comete errores… pero ¿quién puede ser dueñx de su destino si no ha aprendido de ellos? Y para aprender, hay que cometerlos.

Lo cierto es que ella es inspiración. Es arte.

Es, en partes, Calíope, musa de la elocuencia —sus posicionamientos no solo en CDLF, sino en la vida, nos han dejado heladxs más de una vez—.

Es Clío, diosa de la memoria, musa de la historia y la creatividad.

Tiene mucho de Erato, musa de la poesía lírica (o erótica, ¿a poco no?).

Por supuesto, es la viva representación de Euterpe, la diosa de la música.

Melpómene también le dio un don, porque de la tragedia ha sabido capitalizar piezas clave en la música y la actuación.

Evoca una parte de Polimnia, musa de la poesía sagrada: esa de la meditación, la que se necesita en los momentos de crisis, y con la que ha vuelto a conectar para sí.

Con Terpsícore y su danza nos ha estremecido cada vez que mueve las caderas, porque ¡qué ritmazo tiene!

Sin Talía, musa de la comedia, no estaría completo ese espíritu suyo que nos recuerda quién sí va en esta escuela y quién no.

Y aunque tiene poco de Urania, es, sin duda, una estrella que vive en el firmamento.

Estoy convencida de que nunca soltaré su mano, aun cuando esta curita viva a miles de kilómetros físicos de ella... pero no del corazón.

Eres para mí, Gala Montes, la mujer que admiro por ser de una sola pieza; por tener esa fortaleza infranqueable que protege a quienes ama; por tu ternura, que emana de esos ojos llenos de vida; por tu alma limpia, a pesar de tu historia. Y siempre por tu razón, esa que me transmite calma en los momentos más turbulentos… incluso cuando no estás aquí.

Mi amor por ti es eterno, y jamás lo condicionaré.

Sé, Gala, que nos reencontraremos. Y cuando te vea de frente, te miraré a los ojos y seguiré sintiéndome profundamente orgullosa de quien eres y de todo lo que has logrado, porque tú estás destinada a triunfar. Sigue soñando, porque un día alcanzarás la tan ansiada meta y yo estaré ahí, junto a ti.

Yo, como tu curita, prometí siempre transitar por el mismo camino, a pesar de las afrentas. Y te elijo cada día, porque aquí es donde quiero estar.

Siempre puedes contar conmigo, sábetelo bien.

No en cualquier lugar se encuentra esta calidad de amor

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